El viaje empieza en el submarino azul
el mar lo abraza
bajo la claridad de mil pájaros
que vuelan, libres hacia el cielo.
La profundidad le canta con burbujas
delicadas hasta el fin, susurradas desde el fondo,
con el aliento de Neptuno
sosteniendo a las algas con su algodón.
El submarino es eterno, sus viajes no lo serán más.
De arriba a abajo, cabalga,
para escapar de los sueños,
y de los navegantes indómitos,
y de los puertos olvidados,
y de mis dudas más allá del mar.
El submarino azul,
el de las escotillas ausentes,
el que no sabe de historias reales,
derrama sirenas dormidas
en las orillas de la soledad.